Lectores, con vuestro permiso, voy a tomarme la libertad de dedicarle una entrada en este blog a una persona que admiraba y respetaba profundamente. Una persona que, gracias a su duro trabajo y dedicación, me permitió disfrutar las experiencias más divertidas jugando a videojuegos. Ese hombre es, nada más y nada menos, que Satoru Iwata, el cuarto presidente de Nintendo que falleció el pasado 11 de julio debido a un cáncer en la vesícula biliar.
Los que me conozcáis bien sabréis que soy un gran nintendero. Amo los videjuegos, es una de mis grandes pasiones, y Nintendo siempre ha sido mi favorita, sus grandes sagas son las que más he disfrutado jugando. Nintendo siempre me ha inspirado mucho, y eso repercute en mi obra, Super Freak Heroes. Gran parte de la existencia de SFH se la debo a la gran N.
Y Satoru Iwata, el hombre al que le dedico esta entrada, fue responsable de que yo y muchos jugadores pudiésemos pasar incontables horas pasándola en grande jugando a muchos de los grandes juegos producidos por la compañía de Kyoto. Fue el desarrollador de Ballon Fight, reescribió él mismo el código de programación de Earthbound, logró comprimir los datos de las versiones Oro y Plata de Pokémon para qué, además de Jotho, pudiésemos viajar a la región de Kanto. Él personalmente se encargó de arreglar los problemas de programación de Super Smash Bros. Melee para que el juego saliese a tiempo, fue de los principales desarrolladores de la saga de Kirby, además del productor ejecutivo de grandes obras maestras como Super Mario Galaxy, The legend of Zelda: Wind Waker, Metroid Prime, Kid Icarus Uprising, Fire Emblem Awakening, etc, etc.
Además de eso, fue un gran visionario del mundo de los videjuegos, creando consolas como la Nintendo DS, la Wii, la Nintendo 3DS y la Wii U. Satoru Iwata tuvo aciertos y errores, tomó, llevó a cabo políticas correctas e incorrectas. Pero aun así, siempre fue un grande en el mundo de los videojuegos.
Pero lo que más admiro de Iwata-san es su pasión por lo que hacía. El realmente AMABA lo que hacía, los videojuegos era lo que más le gustaba en el mundo y se notaba que vertía en su trabajo todo su esfuerzo, alma y dedicación. Y eso es algo digno de admirar y seguir como ejemplo. Yo también quiero seguir trabajando en mis obras con la misma dedicación con la que Iwata lo hacía, teniendo muy claro su objetivo: divertir. Divertir y hacer que la gente pasase un rato agradable y se lo pasase genial. Algo que yo también pretendo conseguir algún día.
De nuevo, muchas gracias por todo, Satoru Iwata. No sólo por trabajar para que pudiese disfrutar de grandes videojuegos. También para inspirarme y poder seguir trabajando en mis obras de la misma forma que lo hiciste tú y poder conseguir que la gente se divierta a lo grande. Descansa en paz.
"En mi tarjeta de presentación, soy un presidente corporativo. En mi mente, soy un desarrollador de videojuegos. Pero en mi corazón, soy un jugador". - Satoru Iwata