Crónicas del Director #1

La mayoría de aquellos que dibujamos un cómic, novela gráfica, serie de tiras o lo que sea, tenemos el gran sueño de ver a nuestros personajes, a los que consideramos como nuestros hijos, convertidos en dibujos animados. Bien, yo estoy en dicho proceso de hacer uno ese sueño realidad.

Super Freak Heroes se publicó por primera vez en este blog el 17 de Octubre de 2009. Cuatro años y pico han pasado desde entonces. Sí, es bastante triste que hasta la fecha sólo haya sacado seis capítulos (aunque ronden por las 30-40 páginas), pero a veces las personas cometemos gilipolleces en nuestra vida, como matricularnos en una universidad. A pesar de las dificultades, Super Freak Heroes siempre ha seguido adelante. Muchos autores abandonan sus proyectos debido al escaso tiempo que pueden dedicarle por asuntos de estudio, trabajo, o vete tú a saber qué. Ese no ha sido mi caso. Adoro con todo mi ser esta gran frikada de creación y he seguido dibujando las aventuras de Norman y Ryan contra viento y marea. La universidad ha sido como el típico pokémon que te lanza un ataque que te paraliza con ataques del estilo onda trueno y de vez en cuando te sale el fatal mensaje de “Kibaro está paralizado, ¡No puede moverse!”. Pues eso.

Pero a pesar de todo esto, al final del camino universitario tengo la oportunidad de compensar esta lentitud en el desarrollo de la obra, la posibilidad de proporcionarle un inmenso impulso a Super Freak Heroes: un corto animado. La manera perfecta de tomarme la revancha: ahora el gran trabajo definitivo de la universidad, al que le tengo que dedicar horas y horas, está relacionado con Super Freak Heroes. Chúpate esta, Universidad. Considero que esta es una gran oportunidad no sólo de evolucionar la obra, también de darla mejor a conocer y captar a nuevos lectores y quizás de recuperar a aquellos que dejaron de leerla debido a la tardanza de las publicaciones.

Pero eso sí, antes debo avisaros de algo: lo más probable es que el corto se mueva antes por festivales que en publicarse en internet. Me encantaría hacer antes lo segundo, ya que es en internet donde se encuentra el hábitat natural de Super Freak Heroes. Pero el resto de miembros del equipo considera que lo mejor es que el proyecto se mueva por eventos de cine y animación porque así uno es como se da a conocer y se hace currículum. Y la verdad es tienen razón. Pero no os preocupéis, porque tarde o temprano tendréis la oportunidad de ver el trabajo, sea por los medios que sean.

Espero que este corto animado suponga un nuevo punto para Super Freak Heroes. Donde por fin el cómic pueda pillar el ritmo que se merece y vaya captando cada vez más adeptos (o desgraciados) que sigan las desventuras de estos frikis con ganas de dominar el mundo. Por nuestra parte, la del equipo de desarrollo de corto y la mía, el director, hay ganas e ilusión de que salga una animación cojonuda como para parar un tren. El cómic lo hago yo solo, pero en el corto estoy muy bien acompañado.

Y de nuevo, todas las veces que hagan falta, muchísimas gracias a todos. Muchas gracias a todos los que leéis Super Freak Heroes. Muchas gracias a todos los que seguís apoyando este cómic a pesar de que estos años haya avanzado a trompicones. A la Familia Usaka, por ser una comunidad de dibujantes tan genial y cojonuda que tantísimo me ha ayudado con todo. A mis colegas. A mi Luisa chan, que es la mujer que más amo en esta vida. Sin vosotros, este cómic jamás hubiera seguido adelante. Muchísimas gracias a mi equipo de esclav- EJEM, a mi equipo del cortometraje por trabajar tan duramente para que salga un trabajo del que todos nos sintamos orgullosos. Y también, muchas gracias, universidad, por darme esta gran oportunidad y hacer algo bien por primera vez en tu puta vida.

Esta es la primera entrada de una serie que iré escribiendo llamada Crónicas del director. Esta me ha salido un poco moñas, pero me la pela. Bueno, gente, ya nos iremos viendo, porque voy a estar publicando bastantes cosas por aquí.

Nunca he estado tan feliz dibujando un cómic. Y pase lo que pase, pienso darlo todo para que poco a poco se convierta en una obra insignia de la que sentirme orgulloso.

Hala, a cascarla.